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CRECIMIENTO EN CONCIENCIA

LAS 4 LEYES DE LA VIDA

Si no aprendes, no cambias.

“La vida es en sí un gran experimento relacional. Venimos a relacionarnos, y a través de eso evolucionar.”

Aaron Gorinstein

Las características del hombre inmerso en la forma de la vida y bajo la regla de la materia y el pensamiento del ego son temor, individualismo, rivalidad, conveniencia y codicia. Querer hacer el viaje de iniciación, para conectar con nuestro Ser es buscar un propósito mayor y llegar a ser un servidor de la humanidad, lograr que esas características den lugar a la confianza espiritual, la cooperación, conciencia grupal regida por principios y carencia de egoísmo. (1)

En India se enseñan las 4 Leyes de la vida o la espiritualidad. Los invito a una pequeña reflexión sobre cada una de ellas. 

La primera dice:

«La persona que llega a nuestra vida, es la persona correcta»; es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación”

El encuentro de dos personas es como el contacto de dos substancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman.

Esto significa que nos relacionamos desde el nivel de vibración en que estamos, nos experimentamos y atraemos todo lo que está en sintonía o misma vibración.

Si lo que sientes es rechazo, rechazas.

Si crees que eres víctima, lo serás una y otra vez.

Si vives defendiendo tus creencias, te desafiarán constantemente. 

Si vibras en carencia, no podrás dar ni recibir. 

Pero si encuentras empatía, la tienes.

Si sabes que tu creas tu historia y tu futuro, nadie te hace nada.

Así todo aquello que experimentamos al relacionarnos nos permite lograr un mayor entendimiento de nosotros mismos. Por ello es la oportunidad de mirarnos para querer algo diferente y cambiar-nos en lo que vemos en el otro. 

Pero mientras creas que lo más importante es lo que «crees que eres», no podrás iniciar el viaje a dejar de serlo y por lo tanto ninguna relación podrá transformarte.

La responsabilidad de cada uno es la respuesta que eligimos ante otros y la vida. Nadie puede hacer al otro feliz o desgraciado, solo podemos compartir lo que estamos siendo. Por eso nadie se cruza por casulidad. Habrá personas que lleguen a nuestra vida por un corto tiempo y las que permanezcan.

Un encuentro es siempre una posibilidad de descubrirnos y de decidir qué queremos.

La segunda ley dice:

«Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido». Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante.

No existe el: «si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra…». No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo”

Lo que crees, creas.

Si cambias tu manera de ver, lo que ves cambia.

No significa que lo que vivimos es siempre perfecto en términos de bienestar, pero sí que lo que se «presenta» posibilita el continuo aprendizaje y el cambio: mediante una nueva manera de ver las cosas.

El propósito de la vida es convertirnos en quienes en realidad somos: todo y nada.

Si bien cada experiencia es perfecta, el aprendizaje es opcional: cada quien decide aprender o no aprender de los hechos desagradables que ha experimentado, y así asegura el que se reproduzcan tantas veces como sea necesario. 

Lo que niegas te somete, lo que resistes, persiste. No podemos alcanzar la luz del entendimiento sino haciendo consciente la oscuridad. 

Lo que no queremos ver se manifiesta en nuestra vida como destino, y lo que aceptas te transforma.

La tercera ley dice:

«En cualquier momento que comience es el momento correcto». Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuándo comenzará.

No somos lo que nos sucede sino lo que decidimos ser. En el momento en que permitimos sentir el llamado del alma como un deseo que demanda el cambio, conectamos la mente con el corazón para dar los pasos hacia dónde queremos ir.

Pero el tiempo es personal, cada quien decide su momento.

Quien mira fuera, sueña; quien mira dentro despierta.

Hay dos cosas que debemos hacer primero:

  • Aprender a reconocer las señales que nos envían aquellos que nos rodean  
  • Decidir con quiénes queremos compartir y formar parte de ese grupo, cuyo valor no es la autoafirmación sino que invierten su fuerza y energía hacia la realización de todo y todos.

El mensaje que llega desde el interior está expresado en palabras simbólicas “lo que yo te digo en la oscuridad, háblalo tú en la Luz”. 

A cada uno se le dirá algo diferente según la necesidad de la gente que lo rodea. Es el signo de la nueva era: El espíritu universal y la unión con todos. Y ese amor los mantendrá ocupados, por qué no tendrán tiempo para hablar del amor, estarán ocupados siéndolo y haciendo cosas grandes y pequeñas, cosas sin importancia y cosas importantes.  

La meditación, cuando es correctamente llevada cabo, es un arduo trabajo mental, pues significa orientar la mente en dirección del alma, escuchar en su mente lo que el alma les está diciendo y luego dar forma en palabras y actos para servir al mundo.

Ustedes, automáticamente se encontrarán protegidos por ese gran Uno cuya misión es levantar a la humanidad de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real. (2)

Y la cuarta y última:

«Cuando algo termina, termina». Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

No caigas en la ilusion de querer retener a nadie ni a nada, porque eso solo te impedirá avanzar y que llegue a tu vida lo que ahora le corresponde recibir y experimentar.

El viaje de la vida es un continuo obtener y soltar pues sólo unas manos vacías pueden asír de nuevo. Encontrar no es lo mismo que poseer, y para poder lograr el entendimiento de una experiencia se precisa aceptación y convertirse en observador de uno mismo.

Tere Hernández

Terapeuta https://aainwithyou.wordpress.com

Estudiante de Un Curso de Milagros 

Maestra Adjunta Na-sa Curarte tu https://curartetu.org

 Las 4 leyes de la espiritualidad

(1) (2) Los 12 trabajos de Hércules

4 respuestas a «LAS 4 LEYES DE LA VIDA»

Amo mi vida si he tenido que quitar de ella mucha basura que en vez de sumar me resta pero que bueno que estuvieron para dejar algo bueno. Q
Los que están son lo máximo y se que va A ser para siempre y los que van apareciendo veremos qué pasa.

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